Sellan con silicona varios establecimientos de Salamanca para protestar por el nuevo ideal estético

Se pegaron panfletos informativos en todas las cristaleras de los comercios de las calles Wences Moreno, Valencia y Federico Anaya en los que se leía el siguiente texto:

Esto es un cierre temporal, pero queremos que sea para siempre.

¿Qué piensas cuando te miras al espejo?

Buscas ser perfecta, ¿dónde encuentras esa perfección? Crees que naciste imperfecta. ¿Quién te lo hizo creer? Necesitas modificarte para sentirte bien. ¿Hasta dónde llegarías con tal de ser aceptada?
Esto es una espiral que nunca termina: cuando tengas las piernas depiladas querrás una liposucción. ¿Qué sucederá cuando no reconozcas ni tu propio cuerpo? Ni al mirarte al espejo ni al contemplar a las modelos que tratas de imitar.

La publicidad fabrica los moldes y nos morimos por entrar en ellos. Tu cuerpo se ha convertido en un objeto de consumo, y no de deseo. Pero también ellos fueron educados para desearnos de una única manera.

¿Intentaste alguna vez sentirte bien tal y como eres? Sin retoques, sin adornos, sin añadidos. Cada pelo, cada curva, cada mancha, te hacen ser tú misma, única. Y no un reflejo de la marquesina de la
parada de autobús.

Aprende a quererte tú misma y a no ser un producto del mercado.

Reivindicamos el sellado de las cerraduras de varios establecimientos dedicados a la venta de productos cosméticos y al afán de lucro en base a la imposición de un ideal estético irreal, frustrante y enfermizo.

Consideramos a dichas empresas culpables de sacar sus beneficios a costa de las inseguridades, la miseria y la alienación de una masa de individuos que aceptan, manipulados por un Sistema económico-cultural, relegar sus propios cuerpos a un objeto de consumo, mercantilizando gustosamente todos los aspectos de sus vidas.

Comando de Mujeres Insomnes Salmantinas



Por su parte, algunos de los establecimientos afectados mostraron ayer al periódico "El Adelanto" su disconformidad con dicha protesta, al considerar que su objetivo "no es hacer sufrir a las mujeres, ni crear un ideal. Únicamente trabajamos para que las mujeres se sientan mucho mejor con su aspecto físico", afirmaciones en que mostraron su descontento al acusarles a través de los folletos de las inseguridades, las miserias de aquellas personas que aceptan ser manipuladas por la publicidad y la cultura, al utilizar sus propios cuerpos para que puedan mercantilizar con ellos. Algunos comerciantes denunciaron los hechos en la policía.