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21.10.06

Corea del Norte: el gran teatro del mundo

Corea del Norte: el gran teatro del mundo
Augusto Zamora R.

El Mundo
Asombra la alharaca que se ha organizado con la ya comprobada prueba nuclear realizada por Corea del Norte. Se sabía de años atrás que el país poseía tecnología y plutonio, pues el propio gobierno lo había proclamado a los cuatro vientos. Las dudas se referían a su capacidad para instalar armas nucleares en cohetes balísticos, de lo que todavía hoy no hay informaciones claras. La prueba nuclear confirma simplemente algo que era de conocimiento público. Las preguntas a hacer, por tanto, no deben referirse a la prueba nuclear, sino ¿por qué el alboroto? ¿Por qué el pasmo y los sudores?
Corea del Norte no es el primer Estado que se dota de armas atómicas a contracorriente de la “comunidad internacional”. Israel desarrolló su poder nuclear con ayuda de Francia y EEUU. Hoy posee 250 bombas atómicas y nadie se tira de los pelos por ello. Sin embargo, Israel es un país agresor y peligroso. Ha destruido Líbano en varias ocasiones, bombardeado y atacado países vecinos, combatido en cuatro guerras y aún mantiene ocupado y aplastado a un Estado entero –Palestina- y ocupa territorio de dos países vecinos -los Altos del Golán a Siria y la Granja de Cheva a Líbano. Sólo EEUU supera el amplio palmarés de violaciones al Derecho Internacional y al Derecho Humanitario que tiene Israel. Y no pasa absolutamente nada. En materia nuclear, nadie, salvo sus víctimas, recuerdan que este país violento puede destruir la región entera.
Con todo, la zona de mayor riesgo atómico en el mundo no es la península de Corea, sino la región indostánica. China e India se enfrentaron en una breve guerra en 1962. India y Paquistán, que obtuvieron su desarrollo nuclear al margen también de la “comunidad internacional”, han peleado tres guerras, en 1947, 1965 y 1971. Ambos países intercambian de continuo acusaciones iracundas uno contra el otro –incluso por cruentos actos terroristas- y viven, literalmente, con el dedo en el gatillo, como prueban los diarios incidentes armados en Cachemira, que tienen medio siglo disputándose.
EEUU usó la bomba atómica contra Japón y mató a más de 200.000 personas. Por lo menos en otras dos ocasiones (Corea, 1951, Vietnam, 1972) jugó con la idea de usar la bomba contra China y Vietnam. En el presente, EEUU e Israel consideran usar bombas atómicas reducidas contra Irán, para bombardear sus centros de investigación y detener, dicen, el programa nuclear iraní. Por demás, los planes estratégicos de guerra de EEUU contemplan el uso preventivo de armas nucleares. Israel, por su parte, tiene el arma atómica como un armagedón en caso de ser derrotado por los ejércitos árabes. Y el temor a EEUU e Israel mueve a otros países de la zona a buscar su arma atómica.
Corea del Norte no amenaza, objetivamente, a nadie. En primer término, está condenada por su geografía y sus vínculos políticos y militares. Tiene fronteras con dos potencias atómicas, Rusia y China, que son además sus dos únicos aliados. Al sur limita con la otra parte de Corea, protegida por EEUU. El arruinado régimen coreano carece de recursos para una guerra fuera de sus fronteras y una dentro, aunque más dura, también la perdería. ¿Quién teme realmente a Corea del Norte? Nadie, absolutamente nadie. La explicación a su prueba nuclear es elemental: el régimen busca, en primer lugar, asegurarse a sí mismo, desalentando a EEUU de toda veleidad intervencionista y, sobre todo, de un ataque militar. En segundo lugar, quiere tener un argumento poderoso para negociar generosas ayudas externas, que le permitan mitigar sus penurias internas.
¿Cambia la prueba atómica la geopolítica y el balance militar de la región? No, únicamente podría servir de pretexto para acelerar la ejecución de decisiones que están tomadas tiempo atrás. Japón quiere rearmarse y EEUU que se rearme Japón, no por Corea del Norte, que importa poco, sino para contrarrestar el poder creciente de China. Ese es el motivo real de la alharaca y ésa la explicación a la airada reacción china. Que la prueba atómica pueda servir de excusa para el retorno de Japón como potencia militar. El peligro estaría, paradójicamente, en querer ahogar al régimen norcoreano, pues la desesperación puede llevar a la locura. China y Rusia no lo permitirán, como demuestra la resolución condenatoria aprobada por el Consejo de Seguridad, que ha sido, diga lo que diga EEUU, de mucho ruido y escasas nueces. Fuera del asunto Japón, todo lo demás son adornos, abalorios. Como en la obra de Calderón de la Barca, siendo representación la humana vida, aquí se fabrican apariencias que, de dudas, se pasan a evidencias. El régimen coreano representa un peligro para su propio pueblo. Nada más.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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