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7.11.06

ENTREVISTA // LAHCEN IKASSRIEN, EX PRISIONERO DEL CAMPO DE DETENCIÓN DE GUANTÁNAMO

“Los americanos me torturaban por las mentiras de la policía española”
Gladys Martínez López / Redacción
Después de tres años y medio en Guantánamo y más de uno en cárceles españolas, ha sido absuelto por la Audiencia Nacional del delito de pertenencia a al-Qaeda.

ABSOLUCIÓN. Tras más de un año de prisión en el Estado español, la Audiencia Nacional lo ha absuelto de todos los cargos. // Olmo Calvo
Cuando EE UU atacó Afganistán en 2001, Ikassrien, marroquí que se había trasladado allí “por motivos personales” tras haber vivido en el Estado español entre 1989 y 2000, fue herido por los bombardeos, detenido y trasladado a Guantánamo. Después de tres años y medio, durante los que la Policía española lo interrogó varias veces, fue extraditado a petición del juez Garzón, por un supuesto delito de integración en la célula española de al-Qaeda. Tras la anulación de las pruebas (llamadas telefónicas e interrogatorios de la policía española) por el Tribunal Supremo, el 11 de octubre la Audiencia Nacional lo absolvía.
DIAGONAL: ¿Cuál ha sido tu situación en Guantánamo?
LAHCEN IKASSRIEN: Primero estuve en Camp Delta casi dos años y medio. Las celdas eran contenedores de chapa, hacía tanto calor que no podíamos dormir. Estábamos desnudos. Día y noche se oía el arrastrar de las cadenas de los presos que se llevaban para interrogar. Después me llevaron a Camp Five, que era un infierno porque estaba encerrado 24 horas al día. No había comida, y había unos ventiladores enormes que lanzaban un producto químico que nos provocaba toses y lágrimas.
A mí me han quitado cuatro muelas, pero se equivocaron y me sacaron las que estaban buenas, y a mucha gente le quitan dientes a base de golpes. Hay gente que ha sido torturada con perros, entre muchísimas otras torturas. Por Guantánamo ha pasado mucha gente, y no sabemos ni cuántos son ni de dónde. Hay personas a las que llevan allí para torturarlas y luego se las llevan otra vez. Nosotros contamos esto a la Cruz Roja y a los abogados que visitan Guantánamo. Los españoles también lo saben.
D.: ¿Viste a algún abogado? ¿Recibiste ayuda de algún tipo?
L.I.: En Guantánamo no había abogados. Cuando se empezaron a mover las cosas, empezaron a venir, pero yo ya no los necesitaba porque me mandaron los españoles aquí. Y los abogados que han visitado Guantánamo creo que son más policías que abogados, porque hacían preguntas sólo sobre el 11-S; lo que está pasando en Guantánamo y lo que están haciendo los americanos les importa muy poco. Y también nos visitaban los de la Cruz Roja, que saben muy bien lo que está pasando y no quieren decir nada. Cada vez que hablamos con la Cruz Roja dicen: “No podemos hacer nada”. Pero ellos lo saben todo porque cada preso les cuenta su situación.
D.: En 2005 te extraditaron al Estado español. ¿Cuál ha sido tu situación a la espera y durante el juicio?
L.I.: Aquí me trataron como en Guantánamo o peor. Me trajeron a España en julio de 2005, tirado en un avión militar, atado como un animal. Me trajeron a la Audiencia Nacional, donde me interrogó el juez Marlaska. Pedí un médico y no me hicieron caso. En la carretera la Guardia Civil me pegó y me insultó. Después me llevaron a Soto del Real y después a Palencia, donde hice una huelga de hambre para que me viera un médico, y para que me vieran los periodistas y supieran quién soy. Me pusieron en una celda muy fría y durante dos meses no pude hablar con mi familia, que pensaba que todavía estaba en Guantánamo.
Aquí me han acusado de haber conocido a gente y que esa gente me mandó a Afganistán. El fiscal, al no tener pruebas contra mí, me quería condenar como talibán porque me fui a Afganistán en el tiempo de los talibanes, pero los talibanes no eran terroristas, eran un gobierno estable, y además yo no soy talibán.
D.: Tras tu detención en Guantánamo, has estado solicitando que te vieran un médico y un psicólogo...
L.I.: Cada vez que pido un psicólogo o un médico me dicen que no, o que espere. Hasta ahora estoy esperando. En la Audiencia he hecho muchas demandas para que me vea un médico, y ni siquiera me responden. Hice una huelga de hambre de 20 días pidiendo al juez que me enviara un médico, y ni siquiera me respondió. Y no puedo dormir, tengo muchos problemas de salud por mi estancia en Guantánamo. Allí nos inyectaron sustancias que no sabemos lo que son, y dicen que nos pusieron inyecciones para no tener niños. Una vez dos interrogadores me pusieron una inyección y el cuerpo empezó a picarme; un médico me dijo que era una enfermedad de perros. Aquí lo he contado en la Audiencia y no hacen caso.
Tengo secuelas, heridas de torturas, quemaduras de cigarrillos, marcas de la enfermedad que me inyectaron, y quiero que me vea un médico. Pero cuando voy al hospital dicen que necesito tarjeta de seguridad social y de residencia. Pero no tengo papeles.
D.: La Audiencia Nacional te ha absuelto de la acusación de pertenencia a al-Qaeda. ¿Qué prevés ahora?
L.I.: Me siento mal, porque el año de prisión que he pasado aquí siento que he estado secuestrado, sin ningún delito. Y ahora me han absuelto pero no tengo papeles. Si me pilla la policía en la calle soy un ilegal, así es que voy a pedir que me expulsen, porque si no me dan los papeles no puedo vivir aquí. Justicia en España no la hay, porque el fiscal ha dicho mentiras, y la investigación de la policía también. Voy a denunciar esto, a ver si hay algo de justicia en este país, según dicen. A ver por qué me han traído aquí, si no soy español, y por qué me han metido un año de prisión. Yo no soy terrorista. Los terroristas son ellos, que meten miedo y secuestran a la gente.

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