Éste proyecto semi-faraónico está teniendo una muy activa oposición por parte de muchos movimientos sociales, dado que en vez de acondicionar las líneas existentes (las hay) solo intentan construir macroproyectos sin sentido.
Es vergonzoso que para ir de Bilbo a Donostia tardes en tren cerca de 3 horas, mientras que en autobus solo tardes 1 hora y 15 minutos aproximadamente, tiempo que el T.A.V. no creo que pueda superar. Hay que recordar que estamos hablando, en el caso del viaje por carretera, de un trayecto de apenas 100 kilómetros por una de las autopístas más caras del estado español, amortizada hace años pero con un peaje de lujo.
Otro motivo más para oponerse a éste proyecto es hecho de que al contrario de lo que han hecho los trazados viales tradicionalmente, este tren no se adapta al medio, sino que requiere la adaptación del medio a él.
Pero es que encima tenemos que soportar los comentarios de la consejera de transportes del Gobierno Vasco diciendo: "El único impacto ambiental de la “Y” es positivo al reducir el tráfico en carretera".
Una imágen vale más que mil palabras:
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