con 300 detenidos. Si recordamos los precedentes sobre casos de desalojo (en el Estado español tenemos unos cuantos), podemos prever que su batalla no tendrá un final feliz del todo. De todas maneras, el combate de Ungdomshuset no sólo significa para ellos la oportunidad de defender sus principios de igualitarismo y democracia directa, sino que nos da pistas a los demás. Por ejemplo, nos permitirá distinguir entre el estereotipo nórdico, y la Dinamarca de la calle dispuesta a plantar cara. Es decir, los encapuchados que hoy se rebelan en Copenhague contra ese insoportable bienestar."








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