La ira islamista llegó a Rabat, donde Mustafá Ramid, el jefe del grupo parlamentario del PJD, no dudó en comparar lo sucedido en Alcazarquevir con "otra forma de terrorismo en el país del Comendador de los Creyentes". El rey Mohamed VI es también el jefe religioso de los musulmanes en Marruecos. "Los verdaderos extremistas son aquellos que exageran en la modernidad y que celebran en público su descarrío moral", escribió en su columna Rachid Niny, el director de Al Massae, el periodista más leído de Marruecos.
Como sucede con frecuencia desde hace unos años, las autoridades empezaron por hacer la vista gorda ante las fiestas privadas homosexuales, pero el clamor islamista les incitó a actuar. Para acallarlo, la fiscalía de Alcazarquevir emitió, el lunes, un comunicado en el que anuncia que ha ordenado la apertura de una investigación y que seis sospechosos han sido ya detenidos e imputados.
El comunicado señala que a algunos de los que tomaron parte en el festejo se les considera "pervertidos sexuales" y añade que el organizador de la velada tiene antecedentes penales. Se trata de un contrabandista de alcohol procedente de Ceuta, según fuentes locales. El ministerio público equipara así homosexualidad y delincuencia.
Desde que hace tres años la policía detuvo en Tetuán a los 45 asistentes a una fiesta de cumpleaños gay, nunca las autoridades marroquíes habían vuelto a actuar contra las celebraciones homosexuales. Los detenidos en la antigua capital del protectorado fueron rápidamente puestos en libertad sin cargos.
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