
La agente femenina acusada de abofetear a la joven rusa Elena Podvigina -que en las imágenes grabadas con cámara oculta aparece esposada y semidesnuda- también permanecerá en la ciudad de Barcelona. Interior le asignará "el destino operativo que determinen las necesidades del servicio".
Los sindicatos policiales se han mostrado "muy satisfechos" por la reincorporación, porque es lo que han reclamado desde el principio. "Todo el tiempo hemos dicho lo mismo: que no hay que llevar a cabo un juicio paralelo y que hay que respetar la presunción de inocencia", sostiene Valentín Anadón, del sindicato mayoritario, SAP-UGT. No opina igual el abogado Jaume Asens, que ejerce la acusación en ambos procesos judiciales. "Es una decisión política contradictoria. Nada ha cambiado ni nada justifica la readmisión, excepto el paso del tiempo". El letrado dice: "Se puede estar a favor o en contra de la suspensión, pero lo que no se entiende es que primero se haga una cosa y ahora se cambie de criterio".
Aunque el principal motivo, dicen los sindicatos, es la presión que han ejercido sobre los responsables de la Generalitat. "Hemos presionado y, además, no había ninguna razón para que siguieran apartados. Ni pueden influir en la investigación, que sigue su curso en el juzgado, ni sirve para evitar un mal mayor", dice David José, del Sindicato de Policías de Cataluña (SPC).
De forma parecida opina Carles Monguillod, defensor de los policías. "Confiaba en que se levantaría la sanción. Al principio podía entenderse como medida cautelar, pero ya no está justificada porque si el caso va a juicio, tardará aún un tiempo", afirma.
El Juzgado de Instrucción número 8 de Barcelona ya ha acabado la investigación contra los cuatro mossos por la agresión a Rubén Pérez y ahora falta que el juez decida cerrar el caso o seguir su tramitación. El fiscal ya ha solicitado juzgar a los agentes por un delito contra la integridad moral y lesiones.
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