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2.3.08

"No paraba de gritarme que él era racista y que me iba a matar"

Alcorcón:

El pasado 14 de febrero en la estación de Joaquín Vilumbrales, Lilian I. I., de 27 años y nacionalidad nigeriana, fue agredida por un responsable de seguridad. La víctima está todavía de baja tras sufrir un fuerte esguince cervical. Un portavoz de Metro informó de que el supuesto agresor también ha denunciado a la mujer por causarle lesiones.

"Volvía con una amiga [Stella] de entregar unos papeles en Príncipe Pío, cuando vino un revisor y nos pidió el billete. Le enseñamos los abonos transporte. De repente nos dijeron que nos bajáramos", recordaba ayer Lilian con el collarín puesto. Las dos compatriotas estaban en la estación de Joaquín Vilumbrales. Ya en el andén, el revisor y otros tres vigilantes le pidieron a Stella que les enseñara alguna documentación. Creían que su abono era falso. Stella les dijo de memoria su número de documento de identidad. En ese momento intervino el vigilante de seguridad denunciado. Comenzó a gritar, según Lilian, que era falso. "Como las cosas se estaban poniendo muy mal, intentamos marcharnos y terminar con aquello", explicó ayer Stella.

Lilian les dijo a los vigilantes y al interventor que tenían prisa. Llegaban tarde al trabajo. "¿De qué trabajar? Si vosotras sois putas, venís a trabajar aquí de putas", les espetó el vigilante. A renglón seguido, les hizo un gesto que representaba una felación con sus manos y su boca. La respuesta de Lilian no se hizo esperar: "La puta lo será tu mujer".

A partir de ese momento, le llovieron golpes y puñetazos por parte del vigilante, según el testimonio de la víctima. "Me tiró del pelo, me rompió el abrigo y me lanzó el bolso al suelo. Lo que llevaba quedó desparramado en el suelo", añade Lilian, que lleva casi cinco años en España y es dependienta en una tienda de ropa.

La mujer intentó salir corriendo, pero su atacante le dio alcance. No paraba de insultarla y de amenazarla. "No paraba de gritarme que era racista y que me iba a matar, que nos teníamos que ir a nuestro país. También chillaba que iba a acabar con todos, que nos iba a cortar el cuello y que le daba igual ir a la cárcel".

"Su obsesión era tirarme a las vías del metro. Pararon algunos trenes, pero la gente no se paró a ayudarme. Tan sólo preguntó una mujer que iba con su hijo. También la llamó puta. Yo me defendí clavándole las uñas en la cara", explica la agredida. Ésta describió al vigilante como un hombre de unos 40 años, de estatura media, delgado y con el pelo canoso corto.

Cuando terminó la agresión, Lilian pidió que llamaran a la policía. Cuando llegaron dos agentes, la mayoría de los vigilantes y revisores se habían marchado.

1 comentario:

chiisana dijo...

De esta noticia lo que realmente sorprende son los comentarios en la página del país...
Hay cada joya!