El próximo jueves hará siete décadas del bombardeo de la Legión Cóndor alemana sobre Gernika, que causó unos 250 muertos y centenares de heridos y que se convirtió en un símbolo universal del horror de la guerra.
Este homenaje coincide con otro paralelo que organiza a finales de mes el Ayuntamiento de Gernika, con una amplia exposición audiovisual que recreará la destrucción de la villa el 26 de abril de 1937. Varios premios Nobel y alcaldes de ciudades por la paz, entre ellos los de Hiroshima y Nagasaki, asistirán en Gernika a la proclamación de una declaración institucional contra la guerra.
En Alemanía, donde hablar del nazismo aún causa una mezcla de desgarro, estupor y vergüenza, se ha querido revisar con valentía su pasado más sombrío con un reconocido homenaje a todas aquellas víctimas inocentes de la sinrazón nazi. "Todo comenzó con Guernica", ha resumido hoy Wolfgang Wippermann, catedrático de Historia Contemporánea que preside la asociación cultural germano-vasca Gernika, en el acto de presentación que ha tenido lugar en la sede del Instituto Cervantes en Berlín, institución que organiza este ciclo conmemorativo.
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