FIESTAS DE LA TXANTREA: LA GUADAÑA MUNICIPAL

Iruñea:

Éste es un artículo de opinión extraído de indymedia euskalherria:

A continuación, presentamos una cronica social de un suceso ocurrido pocas horas antes de que el barrio de la Txantrea, inicie sus fiestas. Durante más de 30 años, es la iniciativa popular la que hace posible, con aportación de vecinos y comerciantes del barrio, la financiación y organización de dichas fiestas, encontrandose en los últimos años con serios problemas, hostigamiento y sanciones municipales.

Hay cosas en la vida, a las que uno no encuentra explicación posible. Este viernes comienzan las fiestas de la Txantrea. En la plaza Sabicas, tenía una cita de trabajo. Estábamos sentados en la terraza de dicha plaza. Entre dos farolas de la plaza, colgaban banderolas festivas, que seguramente alguien se habia encargado de colocar, para ambientar y engalanar el barrio. Estas banderolas no las paga el ayuntamiento. Sale del bolsillo de los vecinos. Las banderolas de Osasuna que hemos estado viendo estos días en casco historico, las pagan del herario publico. Pues bien, como si un cuento subrealista de Edgar Alan Poe se tratara, al mirar hacia el centro de la plaza, he visto llegar a un señor vestido de fosforito, blandiendo una guadaña. Le acompañaban dos fornidos municipales. Con dicha guadaña, han arremetido contra las banderolas, las han arrancado con total inpunidad. ¿Con que objeto? ¿Que afean la vía publica? No lo creo, banderolas de colores, festivas, no pueden molestar a nadie. Si así fuera, las que han colgado en el centro de Pamplona, pudieran también ser antiesteticas, y a algun antifutbolero, parecerle de provincianos, ensalzar glorias futbolísticas. También podría sacar la guadaña, y arremeter contra ellas, pero oiga usté, que aquí la que actua es la autoridad. Pues bien, se me pusieron los ojos como platos. La policia municipal, no tiene otra cosa que hacer en esta ciudad, que escoltar a un señor con una guadaña, para arrancar unos banderines. A mi al menos, que el ayuntamiento use un cuerpo como el de la policia municipal, para enrarecer el ambiente, censurar algo tan natural como engalanar las calles para darles colorido, me parece realmente irracional y fuera de toda logica, me resulta ciertamente violento. ¿En qué quedamos? ¿Pamplona somos todos? ¿Pamplona eres tú?. Hay poca actitud de integración, de acogida de la iniciativa popular, de respeto, de tolerancia, en este tipo de actuaciones, en donde se usa a la policia municipal como lo hicieran durante la dictadura, para ejercer censura, sobre unos simples banderines, que digo yo, a quien harán daño. Pero no terminaba ahí la cosa. Me sentí profundamente dolido. Que el poder utilice los recursos públicos, para tratar de enrarecer el ambiente, censurar, vilipendiar las expresiones populares con semejante descaro, prepotencia y mediante un cuerpo armado, me produjo tal estado de confusión e impotencia, que no pude por más que expresar "Qué poca verguenza". Cuando dirigí la mirada hacia la carretera, para mayor asombro, una furgoneta de la policia nacional, paraba y bajaban varios efectivos ante el peligroso sujeto que era yo, armado con una peligrosisima carpeta con apuntes de trabajo. Evidentemente, uno que no es amigo de la provocación, ni de la violencia, optó por marcharse, mascullando para sus adentros, ¿Qué es lo que estará pasando, para que en el ayuntamiento destinen semejante operativo a quitar unos banderines en plenas fiestas de mi barrio y por poner un ejemplo, no solucionen el enorme atasco que han montado en la calle Amaya con los cambios de trafico que hicieron hace ya algunos meses? El mundo al revés, los municipales haciendo las veces de policía política, toda Pamplona levantada en obras y alguno equivocandose de Lema, "Pamplona es nuestra".
Aunque puedo imaginarme, que hay cierto nerviosismo en el ayuntamiento. Tal y como he oido decir algun tertuliano refiriendose ha otras cuestiones, me pregunto si no se deberá esta actuación, a los ultimos coletazos de la bestia, moribunda, incapaz de mudar de piel, sin lefting que le arregle la cara.
Y yo entretanto, cuando asoman algunas gotas de agua, pensando si no habrán contratado tambien algún gabinete de brujeria, para seguir aguándonos la fiesta.