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16.4.07

Comunicado en solidaridad con el anarquista Juan Sorroche

"Sueños que no se pueden encerrar
enlaces que no se pueden quebrar

Lo están intentando todo.

A finales de febrero nuestro amigo y compañero Juan fue extraditado a Italia desde España. Justo al llegar en el aeropuerto de Malpensa (Milàn) encontró esperándole unos funcionarios de la DIGOS (brigada de información política de la policía italiana) y de los ROS (brigada de información de los carabineri) de Trento. Después de que intercambiaran algunas palabras (así típicas en su mundo mafioso) le proponen colaborar a cambio de su salida de la cárcel o de algunos beneficios. Juan los manda a tomar por culo sin esperar que acabaran su infame propuesta.

Seguramente los empleados del Estado piensan que todos están dispuestos a vender su propia dignidad y a sus compañeros para salir del talego. Pero esta vez les ha salido mal.

Estas oscuras maniobras -que se han repetido en los últimos años- revelan la gran dificultad que tienen los defensores del poder. No han sido suficientes las detenciones, los “foglio di via” y , por último, la vigilancia especial aplicada a nuestro compañero, para acabar con las luchas en Rovereto y sus alrededores. No ha sido suficiente detener a Juan con la acusación de “asociación subversiva con finalidad de terrorismo”. No han tenido bastante con detener a una compañera catalana (Nuri) con la acusación de “pertinencia a banda armada” por haber expresado su solidaridad con Juan. Las ganas del P.M. (fiscal) trentino Paolo Storari son mucho más amplias. Querría, este Público Mercenario de la represión, acabar con la disidencia no domesticable, ahora, más que nunca. Porque algunas luchas (por ejemplo en contra de la incineradora de Trento y en contra del TAV del Brennero) sirven de punto de encuentro de personas muy distintas, que no están dispuestas a dejarse envenenar por los beneficios de unos pocos y que no se resignan en delegar la defensa de su propia vida y de su propio territorio a instituciones y partidos políticos. El ambicioso P.M. sabe muy bien que no tiene ni una prueba de sus fantasiosas asociaciones, y que se encuentra a la desesperada búsqueda de colaboradores.

Por eso intenta de todas las maneras posibles quebrar los enlaces afectivos, aislar y chantajear a quien se encuentra en sus manos. Así, después de haber pasado tres días constantemente esposado, Juan ha sido llevado a la cárcel de Opera (Milano) y desde ahí ha sido desplazado en la sección de “Elevato indice di vigilanza-E.I.V.” (similares a los F.I.E.S.) de la cárcel de Teramo, en aislamiento tanto en la celda como durante la hora de patio, bajo continuas provocaciones. Pero algunos enlaces no se pueden explicar ni quebrar. Quien lucha para cambiar este mundo de hormigón industrial y afectivo encuentra sus propias complicidades en un raro universo, hecho de luchas presentes y de historias que vienen de lejos, de amigos de sangre con los que soñar y de desconocidos por los que seguir rebelándose, de gritos de amor y de rabia que pasan los muros y las rejas, de barricadas a las que juntarse durante la revuelta que en su día llegará.

Todo esto se llama solidaridad, una palabra desconocida por quien compra y vende en los despachos de un aeropuerto o en los sótanos de un juzgado.

Para quien quiera expresar su solidaridad, la dirección de Juan es:

JUAN ANTONIO SORROCHE FERNANDEZ
CASA CIRCONDARIALE
CTR CASTROGNO
64100 TERAMO
ITALIA"

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