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3.10.07

Ibarretxe tiene un flan

Textos:

Ibarretxe, que viene a significar casa del valle, es un apellido como otro cualquiera.
Juan José Ibarretxe digamos que es otra cosa.
Éste es un hombre que nació en Laudio (también conocido como Llodio) provincia de Álava (Araba en euskera) en los años 50.
Pues bien este personaje conocido por ser Lehendakari (presidente de la Comunidad Autónoma Vasca o Euskadi), tuvo una iluminación, y es que se le apareció el Dios de los vascos con cara de Sabino Arana y le dijo: "Juanjo, como no hagas algo os váis a la mierda, porque se os acaba el chollo y los españoles os están ganando la partida". Juanjo, que no es tonto del todo, tras mucho pensarlo tuvo una idea. Esa idea, debido a la vinculación cultura-gastronomía en Euskal Herria, venía en forma de receta culinaria. Y ésta receta podría catapultarle a los libros de historia. Y es que aparte de saciar el hambre de independencia o mayor autonomía de la gente nacionalista (¿debería decir nazi-o-nalista?) conseguría producir tal escozor en el gobierno español, que podría acabar hasta con el concepto actual de ESPAÑA... Casi ná.

El caso es qué es lo que Juanjo en su buen hacer pretendía con este flan:
  • Por un lado hacer cosas está bien.
  • Por otro lado debería tener buen sabor, para eso le dotamos del eusko label y ya está.
  • Pero los flanes se mueven mucho y se desmoronan. Añadió policía.
  • Como tenía la mesa de los comensales quedaba lejos, mandó construir un estupendo Tren de Alta Velocidad, como el de sus amigos franceses, pero mejor.
  • Como ese tren y los instrumentos de cocina necesitan energía, creó más centrales eléctricas, pese a que el pueblo llano se opusiese, porque para eso era él el representante de los vascos.
  • Para fabricar el tren y las centrales necesitaba hormigón, amplió canteras pese a destruir montes y cuevas antiquísimas.
  • Y por último le añadió eso que él anhelaba, el ingrediente secreto, llamado mayor autonomía que pretendía conseguir en sus comensales.
Pero el público se mostró reacio a esta nueva receta, los catadores lo tacharon de radical, el pueblo lo tachó de clásico y su jefe le prohibió intentar llevarlo a cabo.
Ibarretxe que quería quedar tan bien en los libros de cocina como hace Adolfo Suarez en los de historia, se vió frustrado y aparcó su flan, avisando que algún día lo probaría.

¿Pero realmente quería Juanjo conseguir la Independencia?
¿Para tener que vérselas con la gente abertzale, y no poder recurrir a echarle la culpa al lobo español?
¿O por la contra quería que le diesen la autonomía prometida y que nunca llegó a ver?

Continuará...

Kokoloko

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