Nuevo diseño, para ahorrar energía.

26.7.07

El apagón de Barcelona, más allá de la falta de inversiones.

El apagón que todavía afecta a una parte significativa de la ciudad de Barcelona, aunque tiene causas concretas y evitables, no es un hecho aislado en el contexto reciente de los países más desarrollados.
De hecho, aun tenemos suerte de que el accidente no se ha producido en un momento de temperaturas extremas, frío o calor, que es lo más habitual en estos casos, puesto que es el momento en que la red eléctrica se pone más a prueba.
Mas allá de la causa concreta que encontramos tras cada caso, se puede encontrar una causa más general: la demanda generada en grandes núcleos de población y su crecimiento, especialmente en momentos de frío o de calor anormales, están provocando la aparición de debilidades en las redes eléctricas. Esta es una cuestión que no depende tanto de que las redes eléctricas estén “subdesarrolladas”, como de que el consumo esta intensamente “desarrollado”, habiéndose creado una sistema demasiado complejo como para no tener dificultades graves de vez en cuando.
Evidentemente, cuando la infraestructura no responde a la demanda, se pueden cuestionar las inversiones realizadas y estas pueden aumentar y deberán mejorar. ¿Pero hasta cuando podrá la oferta seguir adaptándose a la demanda?
Últimamente, en la opinión pública, y de la mano de la concienciación sobre el cambio climático, ha ido ganando fuerza la idea de que todo aquello que se pueda consumir en forma de electricidad es más limpio y más sostenible que aquello que queme directamente petróleo o gas. Esta idea no está lejos de la verdad, teniendo en cuenta que las energías renovables generan de forma predominante electricidad.
Pero esta transición energética se enfrenta con la debilidad de las redes eléctricas centralizadas, que cuando deben afrontar grandes consumos, se muestran débiles.
Si además debieran soportar la recarga de las baterías de los coches que fueran eléctricos, es difícil prever que reacción podrían tener. Además tenemos que contar con que la generación, transformación y transporte de la electricidad es un proceso no demasiado eficiente, en el que se desperdicia aproximadamente un 70% de la energía primaria utilizada. Por tanto tendríamos que producir más del doble de energía en forma eléctrica para lograr el mismo consumo energético que se tiene obtiene de los derivados del petróleo. Si a esto le tuviéramos que añadir el crecimiento anual del consumo de energía, la ecuación se vuelve imposible.
De esta manera, aunque seguro que se pueden mejorar las infraestructuras y e invertir más, ya va siendo hora que se replanteen estos problemas primero desde el punto de vista de la demanda, antes que desde la oferta. La primera pregunta que hemos de hacernos es cómo podemos redimensionar la economía y la sociedad para consumir menos electricidad en lugar de dejar que la demanda siga aumentando sin freno.
Como decimos y oímos decir cada vez con más frecuencia, es hora de plantearse el decrecimiento.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un apute:

El consumo de electricidad ha bajado. No sólo la gente está tomando conciencia de la necesidad de aumentar la proporción del uso de las energías limpias y renovables, si no que también es necesario (y útil al bolsillo, no nos engañemos) bajar el consumo. En este sentido, creo que, efectivamente, hay que abordar el tema principalmente desde el punto de vista de la demanda, que es lo más sostenible a largo plazo. La ingeniería tecnológica debería apuntar soluciones en este sentido.

De hecho, uno de los sectores que parce apuntar en este sentido es el de la automoción, aunque muy tímidamente, porque se mueve para captar el mercado. El sector de vehículos utilitarios, a raiz de la normativa europea, que apuesta por elevar los impuestos a los vehículos de más consumo, se comercializan motores de consumo reducido. La demanda y una política impositiva adecuada pueden forzar a la industria a mover ficha.

Otra aportación:

Desde el punto de vista de la distribución, para evitar el desperdicio, a nivel local, existen plantas de biomasa. ¿Que tal os parecen?

Anónimo dijo...

Con la biomasa seguimos con el problema del efecto invernadero, puesto que nos limitamos a fermentar o quemar combustibles.

En lo que se están dando verdaderos pasos es en el campo de los electrodomésticos.

Las bombillas de bajo consumo también nos permiten ahorrar muchísima energía:
100w de lámpara incandescente lucen igual que 15w de lámpara de bajo consumo. A pesar de ser más caras tienen una vida 15 veces más larga.
MERECE LA PENA