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20.7.07

Un vigilante revienta el tímpano a un joven por colarse en el metro

Madrid:

Cuando los tres entraron al metro, la chica pagó. Pero los dos chicos se colaron. Una vez dentro se percataron de que los vigilantes de seguridad les habían pillado. Y corrieron. Y escaparon. O eso creyeron. Porque una vez en la calle, sentados en un portal junto a la boca situada entre las calles de Arenal y Mayor, un vigilante apareció por sorpresa, a pesar de que los guardas no pueden salir fuera. "Nos cogió por los pelos y nos arrastró hacia dentro. Le dije que nos soltara, que ya bajábamos por nuestro propio pie, pero aún así siguió utilizando la fuerza"

"Al llegar abajo el vigilante me dio dos golpes bastante fuertes por detrás en el cogote", aseguraba Helio. Los golpes fueron tan secos que este chico, menor de edad, se quedó "aturdido en las escaleras". Anulado el chaval de 14 años, el bravo vigilante se cebó en Carlos. "Sacó su porra y empezó a pegarme en las piernas y la espalda", explicaba el chico.

El parte médico del hospital de Getafe, al que acudió de madrugada, refleja "dos lesiones longitudinales eritematosas [enrojecidas] de 10 centímetros en la pierna derecha", además de lo más grave, una "perforación timpánica postraumática". Esta última lesión se la produjo un segundo vigilante. "Llegó como un loco y me gritó: '¡Mira, tengo un esguince, me has hecho correr y te vas a enterar, hijo de puta!", aseguraba Carlos. Dicho y hecho. Ese hombre le propinó un fuerte sopapo en el lado izquierdo del rostro. "Vi cómo le pegaba un bofetón que le dejó inmediatamente rojo la cara", recordaba Mónica. "Noté un estallido muy extraño. Dejé de oír", se quejaba Carlos. Mientras tanto, coinciden los tres, otros vigilantes (entre dos y tres) miraban impasibles la escena, sin recriminar el exceso a sus compañeros.

Impotente, Carlos no quiso zanjar así las cosas. Otra vez fuera de la estación, llamó por su móvil a la Policía Nacional. Una patrulla acudió hasta Sol y tomó los datos de vigilantes y agredidos. Guadalupe López, madre de Carlos, fue a recoger al chico. Le llevó al hospital de Getafe y de allí a la comisaría para poner una denuncia. "No queremos que esto quede así", explicó la mujer, que piensa llegar a juicio. "Es que una cosa es que les hubieran multado por colarse. ¿Pero por qué tienen que golpearle la cara?", se preguntaba. "Es un abuso de poder", concluía.

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