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18.2.08

Cárcel y muerte a los 95 años

Marruecos:

Tenía 95 años y debería haber muerto en su casa, rodeado de sus familiares, o en un hospital, pero Ahmed Nasser falleció el jueves solo, sentado en una silla de ruedas, detrás de los barrotes de la cárcel de Settat ( 70 kilómetros al sureste de Casablanca). Era el preso más viejo de Marruecos.

Llevaba algo más de cinco meses en la cárcel marroquí, desde que el 4 de septiembre fue detenido a su llegada a Yussufia, una pequeña ciudad a 230 kilómetros al sureste de Casablanca, a la que se desplazó para visitar a un hermano. Dos días después, un tribunal local le condenó a tres años por "atentar contra los valores sagrados" de la nación, pero nadie informó a su familia de la celebración del juicio sumarísimo.

Cuando se enteraron, su hijo, Mbarek Nasser, y su abogada, Asmaa Mazzouzi, recurrieron la sentencia ante la corte de apelación de Safi, la capital provincial. Presentaron un certificado médico que alegaba que el anciano padecía demencia senil y una enfermedad psiquiátrica "desde hace más de 20 años", pero el tribunal no lo tomó en consideración y ratificó el veredicto. Más tarde solicitaron en vano la gracia real para el abuelo.

"En vísperas del Ramadán, mi padre viajaba en un autobús interurbano entre Casablanca y Yussufia", relata el hijo, Mbarek Nasser, de 43 años, "y tuvo un altercado con un gendarme". "Profirió algunos insultos y le detuvieron", añade. En Marruecos hay tres valores sagrados, el rey, la religión y el Sáhara, y ultrajarlos en público es un delito recogido en el código penal. El anciano la emprendió con el monarca.

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