Barcelona:
Las pugnas internas en la sección catalana de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), (PARECE UN PARTIDO FASCISTA,) el partido fundado por Rosa Díez y Fernando Savater, han provocado la dimisión en pleno de su comité electoral provincial de Barcelona, que presidía Luis Bouza-Brey.
La dimisión llega un mes después de que se constituyese el comité de UPyD, que se fundó como partido a finales de septiembre y cuya sección en Cataluña ha experimentado ya, pese a su corta trayectoria, diversos conflictos internos.
En el fondo de la cuestión subyace un hecho concreto: quién controla el proceso de elección del cabeza de lista por Barcelona.
Me parece estupendo, puesto que según mi impresión este partido no es más que una artimaña de la derecha para intentar arrapiñar votos al PSOE y al PP, que seguramente luego se alíe con el PP. Y no es que me preocupe ninguno de los dos partidos (nada más lejos) pero creo que cuanta menos representación tenga la derecha más ganaremos (o menos perderemos) las clases populares. Siempre que no nos impongan otra reforma laboral...
Las pugnas internas en la sección catalana de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), (PARECE UN PARTIDO FASCISTA,) el partido fundado por Rosa Díez y Fernando Savater, han provocado la dimisión en pleno de su comité electoral provincial de Barcelona, que presidía Luis Bouza-Brey.
La dimisión llega un mes después de que se constituyese el comité de UPyD, que se fundó como partido a finales de septiembre y cuya sección en Cataluña ha experimentado ya, pese a su corta trayectoria, diversos conflictos internos.
En el fondo de la cuestión subyace un hecho concreto: quién controla el proceso de elección del cabeza de lista por Barcelona.
Me parece estupendo, puesto que según mi impresión este partido no es más que una artimaña de la derecha para intentar arrapiñar votos al PSOE y al PP, que seguramente luego se alíe con el PP. Y no es que me preocupe ninguno de los dos partidos (nada más lejos) pero creo que cuanta menos representación tenga la derecha más ganaremos (o menos perderemos) las clases populares. Siempre que no nos impongan otra reforma laboral...
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